En el límite entre Puebla y Veracruz, en medio de las formaciones del Citlaltépetl y la Malinche, hay varios cuerpos de agua conocidos como axalapascos, ya que se ubican en antiguos cráteres volcánicos en medio de las montañas.
Dentro de estas lagunas se destaca la de Alchichica con dos kilómetros de diámetro. Este es un lugar de belleza única y extraña que llegó a cautivar incluso al explorador francés Jacques Cousteau, ya que en los días soleados sus aguas parecen un espejo de color esmeralda.
Se dice que fue un centro ceremonial para las antiguas culturas prehispánicas que habitaron en esta zona. Actualmente, sus pobladores hablan de varias leyendas como la de que la habita una sirena de cabello plateado que aparece en la superficie en los días de luna llena y que con su canto enamora a los hombres que la escuchan lanzándose al agua y perdiéndose en sus profundidades. Otros aseguran decir que de sus aguas entran y salen esferas de luz de colores y muy brillantes.
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